29 de agosto de 2005 - Guayaquil, Ecuador
Su Excelencia Alejandro Serrano Aguilar, Vicepresidente de la República del Ecuador;
Su Excelencia Pablo Rizzo Pastor, Ministro de Agricultura y Ganadería;
Su Excelencia Oswaldo Molestina Zabala, Ministro de Comercio Exterior del Ecuador;
Su Excelencia Guido Chiriboga Parra, Gobernador de la Provincia de Guayas;
Dr. Chelston Brathwaite, Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA);
Excelentísimos Ministros de Agricultura;
Distinguidos representantes de las organizaciones internacionales y regionales; funcionarios del IICA; invitados especiales, señoras y señores:
Ciertamente, es un honor estar aquí presente, en esta hermosa ciudad de Guayaquil, para inaugurar esta importante Reunión Ministerial sobre “Agricultura y Vida Rural en las Américas.” Los asuntos que se abordarán en los próximos dos días son, sin duda, de carácter transversal, de vasto alcance y de importancia estratégica para los países de las Américas.
Sr. Vicepresidente, distinguidos representantes: comienzo rindiendo tributo al Director General del IICA, Dr. Chelston Braithwaite, quien ha demostrado excelentes calidades de liderazgo al poner en acción sus conocimientos académicos de agricultura y su capacidad de administrador para transformar al IICA en un órgano hemisférico efectivo en la esfera de la agricultura. También quisiera agradecer a su personal, por su labor pionera en los países del continente. Dr. Brathwaite, el que habla –y, estoy seguro, el resto del Hemisferio- esperamos con interés trabajar juntos en los próximos años.
La visión del IICA de promover el desarrollo sostenible de la agricultura, la seguridad alimentaria y la prosperidad de las comunidades rurales de las Américas responde en forma práctica a algunas de las necesidades de desarrollo más acuciantes del Hemisferio. En nuestra opinión, la agricultura seguirá siendo uno de los pilares estratégicos fundamentales en la lucha contra la pobreza, la creación de empleo, la salvaguarda de la estabilidad social y la participación tangible de la ciudadanía en el desarrollo de sus comunidades locales y sus países.
Importancia de la agricultura en la economía rural
A pesar de que el crecimiento del sector agrícola en las Américas se ha desacelerado o ha disminuido, la región sigue empeñada en el diseño y ejecución de políticas de mejoramiento del desarrollo rural, teniendo en cuenta sus dimensiones y efectos económicos, sociales y ambientales.
Si se tienen en cuenta los vínculos hacia arriba y hacia abajo en la cadena agrícola, especialmente el transporte, el embarque y los agronegocios, la contribución del sector al producto bruto interno de los países es aún más sustancial que lo que sugieren las estadísticas nacionales. La investigación innovadora del IICA demuestra que la agricultura y los agronegocios representan 32% del PIB en Argentina, 38,5% en Brasil, 15% en Canadá, 16% en Ecuador, 13% en Jamaica y 30% en Nicaragua.
Inclusive ante este panorama, somos conscientes de que muchos países de nuestro Hemisferio, incluidas las economías más vulnerables del Caribe, enfrentan enormes dificultades en su sector agrícola y, por extensión, en todas sus economías. Eso incluye la amenaza de desastres naturales. La eliminación de los acuerdos preferenciales en relación con el banano, el azúcar y otros productos básicos, ha afectado gravemente las economías de base agrícola, como la de las Islas de Barlovento.
Es verdad que ha cambiado el orden económico internacional. Al mismo tiempo, debemos reconocer que las amenazas a la supervivencia económica amenazan también el orden social, la estabilidad y, en efecto, la gobernabilidad democrática. Ello es, por tanto, causa de preocupación y de la adopción de medidas. Tenemos que hacer todo lo posible por asegurar que la nueva dinámica mundial y de nuestra propia región no dé lugar a la marginación social y económica de países y/o grupos.
Señoras y señores: como socios del sistema interamericano, debemos hallar formas innovadoras de mantener la competitividad y de dar a las economías vulnerables las herramientas para adaptarse al cambio en el mercado mundial. Debemos llegar a una nueva visión de los asuntos agrícolas que incluya una gama más amplia de relaciones entre la producción y la competitividad comercial. Esta visión debe abarcar un equilibrio entre el modelo de desarrollo de base exportadora y el desarrollo rural sostenible. El volumen y la calidad de los servicios para el comercio en agricultura, como la investigación, la tecnología, el financiamiento y las políticas sanitarias, son deficientes en nuestra región, por lo cual deben ser revitalizados.
También debemos desarrollar la capacidad pública y privada necesaria para incorporar conceptos de gestión modernos en relación con nuestra tecnología agrícola, para mejorar la producción y la calidad del trabajo de nuestros trabajadores rurales. El papel del IICA en este proceso de modernización y ajuste es de importancia capital.
El IICA y el proceso de la Cumbre
La Organización de los Estados Americanos cree en la importancia de seguir promoviendo estrategias nacionales de mediano y largo plazo hacia el mejoramiento sostenible de la agricultura y de la vida rural. Como convinieron los Presidentes y Jefes de Gobierno en la Tercera Cumbre de las Américas, en Ciudad de Quebec, todos los actores –parlamentarios, organizaciones de la sociedad civil y los sectores científico y universitario- deben actuar junto a los gobiernos en la consecución de este objetivo. En la Cumbre, se encomendó al IICA fomentar el diálogo y la búsqueda de un consenso en torno a los aspectos vitales del desarrollo agrícola, conjuntamente con la continuación de la prestación de servicios de cooperación técnica. Una vez más, en la Cumbre Especial de las Américas, de enero de 2004 en Monterrey, los gobiernos “se comprometieron a mantener un esfuerzo sostenido para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones rurales, promoviendo las inversiones y creando un entorno favorable para el mejoramiento sostenible de la agricultura.”
En momentos en que nos preparamos para la IV Cumbre de las Américas, en la Argentina, la tarea para ese encuentro del más alto nivel será demostrar unidad y solidaridad, continuar el proceso de formación de un consenso e impulsar la agenda política hemisférica para combatir la pobreza, crear empleo y fomentar el comercio.
La agenda de desarrollo de la OEA
En tanto la agenda de la OEA gira en torno de la democracia, la seguridad y el desarrollo, somos plenamente conscientes de que, para que el desarrollo sea inclusivo, las reformas económicas, los acuerdos de comercio y las iniciativas de negocios deben arrojar beneficios a los que todos tengan acceso. El 70% de los pobres del mundo habitan zonas rurales. En nuestro Hemisferio, este nutrido segmento de la población incluye un gran número de comunidades tradicionalmente subatendidas, como los pueblos indígenas, las mujeres y los jóvenes. Casi 240 millones de ciudadanos de las Américas sobreviven con menos de un dólar por día y, de ellos, un porcentaje sustancial vive en zonas rurales.
Aplaudimos la difusión de la democracia en el Hemisferio, pero todos somos dolorosamente conscientes de que los países no siempre han logrado materializar los frutos prometidos de la democracia y la reforma económica. Este fracaso, a su vez, amenaza el tejido social y político y crea ambientes inestables que amenazan la gobernabilidad. Debemos darnos cuenta de que los resultados de las debilidades democráticas, las crisis económicas y la intranquilidad social crearán, en última instancia, problemas para todos, ya que muchos de nuestros desafíos y dificultades están interrelacionados e internacionalizados. Los países de nuestro hemisferio deben usar su activo nacional para combatir colectivamente la pobreza, el analfabetismo, la desigualdad y la injusticia social.
El Ecuador, como muchos países, enfrentan sus propios desafíos a este respecto. Exhorto a continuar el diálogo constructivo e insto a un compromiso renovado de parte de los poderes ejecutivo y legislativo, y a las demás fuerzas políticas, económicas y sociales, a actuar de consuno para abordar los importantes problemas de este país.
De acuerdo con la Carta Democrática Interamericana, la Secretaría General de la OEA respalda los empeños del Gobierno del Ecuador por fortalecer las instituciones democráticas del país, en particular el proceso de selección para la Suprema Corte. Durante la semana pasada, la OEA tuvo veedores destacados en Ecuador que se reunieron con los ministros del gobierno, con los partidos políticos, diplomáticos, representantes de lana Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y otros actores claves. Esperamos que ello ayude a afianzar el proceso de selección judicial y contribuya a que el país avance en su consolidación democrática y su agenda de desarrollo. El Secretario General Insulza y la OEA aprecian el apoyo que ha recibido la misión por parte del Presidente Palacio y estamos satisfechos con los resultados de la misión de los veedores.
Antes de concluir, Sr. Vicepresidente, quiero aprovechar esta oportunidad para hacerle llegar, a usted y al pueblo del Ecuador, mis condolencias por la reciente pérdida trágica de vidas de ciudadanos ecuatorianos en el mar. Cada una de esas pérdidas es una tragedia, por lo cual, la OEA se solidariza con usted y con el pueblo ecuatoriano ante estos hechos dolorosos. Este acontecimiento terrible es también una tragedia para las Américas, donde se están tornando demasiado comunes estos accidentes. Nos compete, como región, tomar medidas para enfrentar las causas de fondo de estos actos desesperados, que dan lugar a estas tragedias horrendas.
Sr. Vicepresidente, señoras y señores: aquí, como en otros países, la agricultura desempeña un papel clave en el desarrollo rural. En el próximo decenio, esperamos que todas las familias campesinas de las Américas cuenten con las herramientas que les permitan acceder a la educación, al agua potable y a la atención de la salud, y se transformen en participantes plenos de la vida social, cultural, política y económica de los países en que viven.
El sector agrario sigue siendo una pieza clave del motor económico nacional. Tenemos que mirar al futuro y elaborar políticas estratégicas para desarrollar y mantener la capacidad productiva de las zonas rurales. También tenemos que respaldar el acceso equitativo a la educación, al financiamiento y al crédito, la infraestructura de apoyo y el acceso a los mercados, a fin de fomentar el crecimiento de la producción, el comercio y el empleo.
El nuevo liderazgo de la OEA cree que podemos construir un Hemisferio caracterizado por la prosperidad, la estabilidad y la solidaridad. Poseemos el conocimiento, los recursos humanos y naturales, y la capacidad para detectar y asignar los recursos financieros necesarios. Lo que se precisa es voluntad política y el compromiso de actuar en pro de los objetivos hemisféricos de la eliminación de la pobreza y el logro de la igualdad de derechos y de oportunidades para los marginados. Lo que necesitamos es la participación estructurada y constructiva de todos nosotros.
La labor del IICA en el Hemisferio ha demostrado las grandes cosas que pueden hacerse cuando los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales, las empresas privadas y la sociedad civil actúan juntos en pro del bien común. La OEA está comprometida con la creación de formas de cooperación para la acción y espera con gran interés trabajar con el IICA, los ministros y las altas autoridades aquí representadas en nuestra marcha hacia ese futuro.
Muchas gracias.