OEA/Ser.G
GT/CDI-2/01 add. 1 /
17 julio 2001
Original: inglés
COMENTARIOS Y PROPUESTAS DE LOS ESTADOS MIEMBROS
AL PROYECTO DE CARTA DEMOCRÁTICA INTERAMERICANA
(Documento presentado al Consejo Permanente en la sesión celebrada el
11 de julio de 2001)
Canadá
MISIÓN PERMANENTE DE CANADÁ
ANTE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS
501 Pennsylvania Ave., N.W.
Washington, D.C., 20001
10 de julio de 2001
Señor Presidente:
Tengo el honor de transmitir a Vuestra Excelencia un breve documento
preparado por mi delegación titulado "Carta Democrática Interamericana: Comentarios
preliminares de Canadá", con la intención de que contribuya al estudio de este tema
en la sesión del Consejo Permanente que se celebrará el 11 de julio de 2001.
Solicito que este documento sea considerado por el Consejo Permanente y
distribuido en los cuatro idiomas oficiales de la Organización de los Estados Americanos.
Aprovecho la oportunidad para reiterar a Vuestra Excelencia las
seguridades de mi más alta y distinguida consideración.
Peter M. Boehm
Embajador
Representante Permanente
Excelentísimo señor
Hernán R. Castro
Presidente del Consejo Permanente de la
Organización de los Estados Americanos
Washington, D.C.
Adjunto
CARTA DEMOCRÁTICA INTERAMERICANA:
COMENTARIOS PRELIMINARES DE CANADÁ
1. Panorama general
Canadá desea felicitar a la Organización de los Estados Americanos
(OEA) y al Gobierno del Perú en particular, por la elaboración de la Carta Democrática
Interamericana, la cual tiene por objeto complementar la "cláusula
democrática" contenida en la Declaración de la ciudad de Quebec de la Tercera
Cumbre de las Américas. Acogemos esta iniciativa con beneplácito como un avance
importante y necesario en la promoción, consolidación y defensa de la democracia
representativa en el Hemisferio.
El apoyo a la democracia ha sido una misión fundamental de la OEA
desde su creación. En los últimos años, los Estados Miembros han procurado activamente
profundizar este compromiso colectivo con la democracia y desarrollar instrumentos nuevos
y más eficaces para su promoción y defensa. En la resolución AG/RES. 1080 y en el
"Protocolo de Washington", la OEA cuenta con mecanismos flexibles y eficaces
para la salvaguardia de las amenazas directas que atenten contra la democracia
representativa en la región. Estos mecanismos, sin embargo, no abordan los desafíos más
difíciles que constituye el desarrollo de la democracia en los Estados Miembros,
concentrándose en la presentación de una respuesta coordinada ante una interrupción
repentina o irregular del orden democrático en un Estado Miembro. La aprobación de la
resolución AG/RES. 1753 (XXX-O/00), en junio de 2000, en Windsor, Canadá, fue un
importante paso hacia delante para responder ante una amenaza a la democracia en un Estado
Miembro, que no podía ser abordada por medio de los mecanismos existentes. El resultado
positivo de la Misión de Alto Nivel al Perú demostró la capacidad de la OEA, y la
voluntad de los Estados Miembros, de actuar en forma colectiva en la defensa de la
democracia representativa en un Estado Miembro.
Con la decisión de elaborar la Carta Democrática Interamericana, los
Estados Miembros han reconocido que las amenazas actuales contra la democracia se
presentan en formas nuevas y diversas y han acordado "mejorar (su) capacidad para
responder ante estas amenazas" fortaleciendo "los instrumentos de la OEA para la
defensa activa de la democracia representativa". El proyecto de Carta, principalmente
su Artículo 11, procura aprovechar el éxito alcanzado por la resolución AG/RES. 1753 al
reconocer la necesidad de abordar amenazas más sutiles a la democracia, proporcionando a
los Estados Miembros un mecanismo que nos permitirá trabajar conjuntamente de una forma
más eficaz en la consolidación de la democracia en nuestro Hemisferio. Canadá apoya
esta orientación y un compromiso más activo y una mayor cooperación para defender la
democracia sobre la base de los principios y procedimientos acordados.
2. Propuestas iniciales
Si bien Canadá considera que el actual proyecto de la Carta
Democrática ya es un documento admirable y ofrece un marco útil para la promoción y la
consolidación de la democracia en el Hemisferio, creemos que este proyecto puede ser
refinado y fortalecido a través de revisiones y modificaciones. En particular, este
documento se centrará en los Artículos 1 y 3, donde creemos que se podrían introducir
mejoras. Evidentemente, Canadá se reserva el derecho de presentar comentarios sobre otros
aspectos del proyecto de Carta durante las negociaciones formales que se llevarán a cabo
durante el próximo mes.
Artículo 1: En su versión actual, el Artículo 1 estipula que
"Los pueblos de América tienen derecho a la democracia". Si bien Canadá
reconoce la necesidad de empezar la Carta con una declaración vigorosa destacando la
importancia fundamental de la democracia en el Hemisferio, consideramos que el texto
actual debería ser modificado, a efectos de presentar una visión más clara y enérgica
del compromiso de nuestro Hemisferio con la democracia.
Como una alternativa, Canadá sugeriría el siguiente texto, o una
versión modificada del mismo: "La democracia es esencial para el desarrollo social,
político y económico de los pueblos de las Américas".
La democracia no ha sido definida como un derecho en el campo del
derecho internacional debido a que es un término que se resiste a una definición
restrictiva. En cambio, numerosos instrumentos internacionales y hemisféricos, detallan
en forma conjunta el número de diversos derechos civiles, políticos, económicos,
sociales y culturales que deben ser respetados bajo los regímenes democráticos. Es
importante asegurar que capturamos el alcance de la experiencia internacional de la
democracia sin restringirla.
Artículo 3: A la luz de nuestro análisis anterior sobre el
Artículo 1, Canadá continúa teniendo ciertas preocupaciones acerca de este artículo,
el cual intenta definir los elementos constitutivos de la democracia representativa. Como
se indicó anteriormente, existe una serie rica y extensa de instrumentos internacionales
y hemisféricos que de forma conjunta contribuyen a una definición funcional y no
prescriptiva de la democracia. Es nuestro punto de vista que la definición de la
democracia a través de un número limitado de ejemplos, como se presenta en el Artículo
3, corre el riesgo de socavar o excluir en forma inadvertida principios que contribuyen a
la integralidad o utilidad de los instrumentos actuales.
Canadá acepta que la Carta Democrática podría contener un artículo
que establezca algunos de los elementos clave de la democracia representativa y está de
acuerdo en que los elementos incluidos en el Artículo 3 incluyen algunos de estos
elementos. Consideramos, sin embargo, que debe establecerse claramente que la lista que se
incluye en el Artículo 3 constituye un inventario ejemplar, en vez de exhaustivo, de los
elementos fundamentales de la democracia representativa.
3. Proceso consultivo
Con respecto al proceso consultivo que tendrá lugar durante el
próximo mes y medio, Canadá apoya firmemente la creación de una dirección de un sitio
Web que incluya un foro de la OEA para realizar investigaciones y deliberaciones sobre la
Carta Democrática en los cuatro idiomas oficiales. Es esencial que se le ofrezca a la
sociedad civil la oportunidad de presentar comentarios sobre este documento. La
disponibilidad de los documentos pertinentes a la Carta en una biblioteca digital, la
clasificación de los comentarios presentados en forma electrónica en categorías por
medio de palabras clave para su identificación y la presentación de información a los
Estados Miembros sobre los resultados obtenidos, son medidas muy significativas que
ayudarán a asegurar la participación activa de la sociedad civil en el proceso de
preparación de la Carta Democrática. Canadá procurará las opiniones de los grupos
internos de la sociedad civil sobre el proyecto de Carta durante las consultas que se
celebrarán a fines de julio.
Canadá considera que la Carta Democrática Interamericana no debe ser
considerada como un plan maestro definitivo para el desarrollo de la democracia en las
Américas. La Carta constituye un mecanismo importante a través del cual los Estados
serán alentados a salvaguardar y desarrollar la democracia en sus países. También
representa una respuesta a un mandato específico y es un paso más, en realidad uno muy
importante, en un proceso continuo y colectivo. De la misma manera que con cualquier otro
instrumento de la OEA, los Estados Miembros deben aceptar la responsabilidad básica de
consolidar sus compromisos y deben estar preparados para actuar conjuntamente en la
implementación de sus emprendimientos. Esto requerirá voluntad política y recursos para
asegurar que la Organización pueda hacer su aporte correspondiente y cumplir plenamente
con las responsabilidades que se le han encomendado.