Conferencia para la comunidad educativa de la Universidad Euro Hispanoamericana
Dra. Ruth María Rodríguez Pérez, Rectora de la Universidad Euro Hispanoamericana,
Dr. Miguel Ángel Fabiel Rodríguez, Vicerrector Administrativo y Decano Mayor de la Universidad Euro Hispanoamericana,
Estudiantes, profesores, profesionales, funcionarios y miembros del equipo universitario, familiares, señores y señoras:
Muy buenos días a todos y a todas.
Es un gran placer estar con ustedes esta mañana para hablarles sobre un tema que es tan pertinente como importante para los ciudadanos de las Américas y ciertamente para todos los que asisten a este foro virtual: “Los retos de la educación en el mundo en tiempos de pandemia”.
Agradezco en particular la amable invitación de la doctora Ruth María Rodríguez Pérez, Rectora de la Universidad Euro Hispanoamericana, tanto para mí como para el doctor Miguel Ángel Fabiel Rodríguez, que ha desempeñado un papel decisivo en la coordinación de mi participación con mis asesores.
También cabe felicitar a la Universidad Euro Hispanoamericana por haber propuesto este tema, lo cual demuestra la relevancia que atribuye a su papel de institución de aprendizaje y conducto para la ilustración y el intercambio de información. No se puede negar que estamos viviendo momentos extraordinarios. En los últimos meses, nuestro mundo ha sido trastocado por el impacto del coronavirus en todos los aspectos de nuestra vida. Los efectos perjudiciales de esta pandemia y las dificultades socioeconómicas, políticas, tecnológicas y académicas que ha traído aparejadas nos han puesto a prueba a todos, como comunidad mundial. Nuestros países prácticamente han caído presa de este virus, en tanto que nuestros gobiernos luchan para contener su propagación con recursos financieros decrecientes e interrupciones de las cadenas mundiales de suministro y del acceso al equipo y los productos de protección que tanto se necesitan. Sé que muchos de ustedes también han sufrido efectos adversos de esta pandemia, de forma directa o indirecta. A aquellos que han perdido amigos o seres queridos, les hago llegar mi más sincero pésame al enfrentar juntos estos momentos difíciles.
En vista de la situación actual, posiblemente sea difícil ver las cosas con una óptica positiva. No obstante, quisiera recalcar la importancia de buscar las oportunidades que existen en toda adversidad. Tenemos el deber de salir de estos momentos penosos con un renovado sentido de civismo, voluntarismo, liderazgo y esperanza. Por eso, en mi alocución de hoy me concentraré no solo en los retos para la educación en estos momentos, sino también en las oportunidades que ofrece esta pandemia para fomentar la creación de un sistema de educación más versátil, innovador, incluyente y mundial que produzca los graduados universitarios más adaptables y hábiles y con la mayor conciencia cultural del mundo. Este es el comienzo de una nueva era en la educación. Les incumbe a ustedes responder a mi llamado a la acción para que nuestro hemisferio pueda beneficiarse de su entusiasmo y su visión renovada.
Mi exposición se dividirá en tres partes. Primero quiero hablarles sobre mi propia experiencia con la educación y la forma en que el mundo está adaptándose a nuestra nueva realidad académica. Después presentaré un panorama sucinto de la OEA, poniendo de relieve su trabajo en el sector de la educación, y concluiré con algunos comentarios finales.
I. Experiencia personal y concepto de la educación
Como es la primera vez que me dirijo a la comunidad de la Universidad Euro Hispanoamericana, creo que es importante que les hable un poco sobre mí. Si bien soy el Secretario General Adjunto de la Organización de los Estados Americanos, soy, ante todo, un ciudadano de las Américas, hijo del Caribe y de Centroamérica. Nací en Belize, país vecino que limita con el sur de México. Belize es el único país anglohablante de Centroamérica, debido a su historia anglosajona, pero sus lazos culturales y lingüísticos con Hispanoamérica son fuertes, en particular en las comunidades próximas a las fronteras norte y oeste, que comparte con México y Guatemala, respectivamente. Disfrutamos de muchos de los mismos pasatiempos, escuchamos música similar, cocinamos los mismos platos y hablamos el idioma.
Después de graduarme de los dos primeros años de la licenciatura, con un grado asociado, comencé mi labor de maestro para educar a los jóvenes en el norte de Belice donde nací, y todavía recuerdo con cariño cuánto me entusiasmaba la posibilidad de impartir conocimientos a los futuros líderes de esa comunidad. Sin embargo, me di cuenta rápidamente de que tenía que ganarme la confianza y el respeto de mis alumnos, ya que solo de esa manera podría forjar lazos con ellos e impartir los valores y las lecciones que más necesitaban. Esta simple experiencia constituyó la base de un aprendizaje de por vida para mí y no dudo que me ayudó a convertirme en lo que soy en la actualidad. Veo el aula no solo como un lugar de instrucción académica, sino también como una incubadora de ideas que mueven a la reflexión, de innovación sofisticada y de un discurso enriquecedor. Es un receptáculo de ilustración y transformación social. Por eso puedo identificarme sin reservas con la misión de su Universidad, que se plantea como objetivo “formar profesionistas líderes con valores universales, emprendedores, innovadores, con espíritu de servicio y comprometidos con su entorno, mediante la calidad de la enseñanza, la investigación, el fomento de la difusión cultural con organizaciones tanto nacionales como internacionales”. Los felicito por tratar de inculcar estos valores básicos en sus estudiantes. Eso será especialmente importante a medida que recorramos esta nueva realidad académica y pedagógica forjada por la pandemia.
El concepto de educación ha evolucionado a lo largo de la historia. En otra época, era accesible solo para los ricos. Con el transcurso del tiempo fue convirtiéndose en un bien público, más accesible para una gama más amplia de clases sociales. La educación ahora se considera como una forma de movilidad social, un puente generacional transformador que saca a la gente de la pobreza y ofrece una oportunidad para triunfar económicamente. Es innegable que una educación superior puede dar lugar a un cambio dinámico en la trayectoria social y profesional de una persona y ofrecer beneficios similares a las familias y a las comunidades en general. La educación ha demostrado ser, en su mayor parte, uno de los principales “igualadores sociales”.
También se entiende que la educación no se produce solamente en el entorno típico del aula. Con los años, la educación ha adquirido una definición más amplia que no se limita a la instrucción en clase, sino que abarca la tarea omnicomprensiva de inculcar conocimientos sofisticados que pueden adquirirse por medio de viajes individuales por el mundo, programas de intercambio cultural patrocinados por las escuelas o incluso la educación en el hogar. Asimismo, desde este punto de vista, la educación no se limita a materias tradicionales, como matemáticas, ciencias o literatura, sino que abarca también la formación profesional, el emprendimiento y conocimientos básicos de finanzas, que han adquirido una importancia crucial en el mundo actual.
La pandemia ha trastocado el sector de la educación de varias formas. Con las medidas de distanciamiento social, las clases han tenido que pasar a un entorno virtual. Eso significa que los educadores tienen que adaptarse a una instrucción académica más impersonal y los alumnos tienen que acostumbrarse a aprender en casa por medio de una pantalla de computadora. El aspecto tecnológico de esta nueva realidad, si bien se presta a una mayor eficiencia y a la observancia de las normas de salud pública, plantea una multitud de desafíos. En ese sentido, educadores y alumnos por igual deben contar con los dispositivos y la tecnología necesarios, como acceso a banda ancha, para facilitar el aprendizaje en línea. Mientras que para muchos de nosotros es normal tener una computadora y acceso a internet, hay hogares que carecen de estos instrumentos. ¿Qué les augura eso a los alumnos que no pueden conectarse virtualmente? ¿Volverá la educación —“el gran igualador”— a ser accesible solo para las clases media y alta? ¿Qué ocurrirá con la sociedad en general si los jóvenes no pueden recibir una educación válida? Como ex educador, entiendo la importancia de la instrucción presencial (en particular para la formación profesional práctica) para conectarse con los alumnos y crear un currículo que responda a los cambios en sus necesidades. ¿Cómo se lograrán esta instrucción y esta conexión por medio de una pantalla de computadora? Además, si las medidas de distanciamiento social siguen en vigor, ¿qué repercusiones tendrán en los recintos universitarios? Los administradores de universidades tendrán que tomar importantes decisiones gerenciales sobre la eficacia de instalaciones in situ tales como residencias de estudiantes, bibliotecas y centros de estudios. Si los estudiantes (desde la escuela primaria hasta la universidad) ahora pasan más tiempo en casa, ¿cómo afectará eso a la familia? ¿Cómo podrán los padres equilibrar su trabajo y la vida en casa para cerciorarse de que sus hijos estén realmente haciendo sus tareas escolares? Estos son solo algunos de los desafíos que este nuevo mundo pos-COVID-19 planteará para la educación.
Esta es nuestra nueva realidad, que corre el riesgo de estar plagada de desafíos, limitaciones y, a veces, obstáculos que parecerán insuperables. Sea como fuere, a medida que el mundo evoluciona, nosotros también tenemos que evolucionar. Debemos adaptarnos y responder de manera apropiada en estos tiempos cambiantes. ¿Cómo lo hacemos? Tenemos que ser innovadores, con pensamiento crítico y siempre teniendo en cuenta las necesidades de los más vulnerables.
Estas son perspectivas que comparten organizaciones internacionales como la OEA a la hora de reflexionar sobre nuestro papel en este nuevo futuro. En calidad de guardianes del desarrollo progresivo de las Américas, ¿cómo nos adaptamos al mundo pos-COVID-19, especialmente en lo que se refiere a la continuidad de la educación de los jóvenes?
La pandemia nos ha hecho tomar conciencia una vez más del papel vital de los docentes en los mecanismos básicos de protección social, con las diversas funciones que desempeñan como educadores y consejeros y en contextos mixtos en los cuales los alumnos necesitan acudir a ellos. En ese sentido, la pandemia ha dado lugar a una valoración renovada de su trabajo. No tengo duda alguna con respecto a dónde se encuentra el nexo crucial que se extiende entre los factores conocidos de un entorno propicio para el aprendizaje y la dinámica desconocida en estos momentos de incertidumbre y agitación. La constante segura en un mundo con COVID-19 que se ha vuelto desconocido para muchos estudiantes es el papel constante, ecuánime y siempre magnánimo del maestro. Los aplaudo, docentes, por haber elegido esta noble profesión, por aceptar el cometido de impartir conocimientos, de ser un faro que ilumina el trayecto a un futuro en el cual nuestros hijos e hijas estarán mejor informados que nosotros... gracias a ustedes. Los docentes excelentes no solo tienen grandes expectativas de sus alumnos, sino que nunca se dan por vencidos con aquellos que avanzan a un ritmo un poco más lento que sus compañeros. Debemos recordar que los grandes docentes son aquellos cuyo aliento y apoyo convierten a quienes antes dudaban de sí mismos en casos ejemplares que da gusto ver. Ustedes han hecho a un lado sus propios temores al enfrentar los desafíos de la pandemia para seguir moldeando nuestros futuros líderes, y este hemisferio tiene con ustedes una deuda infinita de gratitud. Gracias por su trabajo, gracias por su compromiso, gracias por su inversión en su país, su región y su mundo.
II. Panorama de la OEA
Ahora voy a presentarles un panorama de la OEA, la organización regional más antigua del mundo, que se enorgullece de tener el mayor número de miembros de nuestro hemisferio. Está integrada por los 35 países independientes de las Américas, de los cuales 34 son miembros activos.
Abordamos una gran variedad de asuntos que enfrenta el hemisferio por medio de cuatro pilares principales: democracia, derechos humanos, desarrollo integral y seguridad multidimensional, que constituyen la piedra angular de su trabajo y pertinencia en el hemisferio. Los cuatro pilares son igualmente importantes, son interdependientes y se refuerzan mutuamente.
Recalco esta igualdad de los pilares porque abarcan la gama completa de desafíos del hemisferio: discriminación y marginación, elecciones libres e imparciales, delincuencia organizada transnacional, pobreza y desigualdad de ingresos, acceso a educación de buena calidad y atención de salud adecuada, además de temas tales como migración, energía renovable y cambio climático, por nombrar solo algunos.
Se podría argumentar que el pilar de desarrollo es uno de los más omnicomprensivos y transversales. El desarrollo integral, tal como se define en el trabajo de la OEA, engloba el desarrollo económico y social, el desarrollo sostenible, el desarrollo humano, la educación y el empleo. Como la columna vertebral de toda sociedad es su gente, nuestro reto consiste en asegurar que nuestra gente esté empleada y educada y tenga acceso a oportunidades económicas que le permitan realizar su pleno potencial de fortaleza económica, estabilidad política y cohesión social. Equipar a los jóvenes con las herramientas necesarias para tener éxito en la sociedad es de crucial importancia para mí, ya que ustedes son, sin lugar a dudas, el futuro de las Américas.
Nuestra Organización ha tratado de alcanzar ese fin por medio de varios programas. Primero, con nuestros centros de desarrollo de pequeñas empresas, que proporcionan a micro, pequeñas y medianas empresas (mipyme) servicios personalizados y basados en sus necesidades con el propósito de facilitar su competitividad y su preparación para exportar, hemos capacitado a miles de jóvenes empresarios que han puesto en marcha empresas muy exitosas. Creo firmemente que la educación debe ser omnicomprensiva y llevar al empoderamiento social y financiero de nuestros pueblos.
Segundo, por medio de nuestro Programa de Becas Académicas, ofrecemos una amplia gama de becas para estudiar en universidades de las Américas. Los becarios no solo reciben una formación académica en algunas de las instituciones con la mejor reputación del hemisferio, sino que también entran en contacto con nuevas culturas e idiomas. Esta educación fuera del aula deja una huella indeleble en las metas y los logros de su futura carrera. La globalización ha dado más independencia a nuestros países, y la única manera de seguir siendo competitivos es ampliar nuestras aptitudes aprendiendo un segundo o tercer idioma y adquiriendo una mayor conciencia cultural.
Además, la OEA tiene socios estratégicos que realizan una importante labor. Uno de ellos es los Jóvenes Empresarios de las Américas, cuya meta fundamental es “promover el desarrollo social y económico de los jóvenes de todo el mundo. Mientras construye la capacidad empresarial y crea oportunidades para los futuros líderes empresariales, la comunidad YABT promueve los objetivos globales y fortalece las iniciativas dirigidas por los jóvenes para el desarrollo sostenible”. Uno de sus programas más influyentes es la Competencia de Talento e Innovación de las Américas (TIC Américas). Este programa se ha consolidado como una plataforma global de apoyo empresarial y acelerador para jóvenes emprendedores de 18 a 34 años que son ciudadanos de Estados Miembros de la OEA.
TIC Américas brinda orientación, capacitación, mentoría, capital semilla e inversión, así como acceso a una red de contactos internacionales. Este programa apoya a los emprendedores en su camino de crecimiento, independientemente del negocio, el modelo o la solución. Yo he visto personalmente la magnífica inventiva de las innovaciones, y les insto a que se inscriban para participar en el evento. Es una excelente oportunidad para poner de relieve su creatividad y, al mismo tiempo, presentar soluciones innovadoras para problemas de su sociedad.
Supongo que conocerán otro programa que ofrecemos: el Modelo de la Asamblea General de la OEA (MOEA) para escuelas secundarias y universidades. El MOEA es un instrumento educativo eficaz que brinda a los estudiantes una oportunidad singular para aprender sobre los países de las Américas y el trabajo de la Organización de los Estados Americanos. Es un evento de tres días que se realiza dos o tres veces al año, con estudiantes de escuelas secundarias y universidades, en la Sede de la OEA en la ciudad de Washington o en un Estado Miembro. Muchos políticos, diplomáticos y empresarios de nuestro hemisferio han participado en este programa y pueden dar fe de su valor. Quisiera agradecer a la Universidad Euro Hispanoamericana por ser la anfitriona del trigésimo quinto MOEA para Universidades del Hemisferio, que se llevará a cabo del 24 al 26 de marzo de 2021 en sus instalaciones. Estamos seguros de que este Modelo servirá de inspiración tanto a la juventud mexicana como a los jóvenes de los demás Estados Miembros de la OEA para convertirse en líderes y en diplomáticos, con capacidad para contribuir a la construcción de sociedades más justas y de una América donde la juventud desempeñe un papel indispensable en la promoción de la democracia, el desarrollo, la seguridad y la protección de los derechos humanos en la región.
Con respecto a la formación docente, tienen a su disposición la Red Interamericana de Educación Docente (RIED), red profesional hemisférica encabezada por la OEA en la que participan personas de distintos sectores que trabajan o están interesadas en el campo de la docencia en las Américas.
La red proporciona una plataforma en línea para intercambiar conocimientos, experiencias, investigaciones y buenas prácticas en el campo de la formación docente en CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) desde la primera infancia hasta la escuela secundaria. Se presta especial atención al fomento de políticas y prácticas que impulsen la equidad en la enseñanza de CTIM a las niñas, las mujeres y otros grupos subrepresentados.
Les ruego que aprovechen esta oportunidad para sumarse a esta comunidad hemisférica y ampliar sus conocimientos. Otro recurso para la formación docente es el Portal Educativo de las Américas, que promueve el acceso a educación de buena calidad por medio de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC) al dispensar de la matrícula para cursos en línea de formación profesional para ciudadanos de Estados Miembros de la OEA. El portal ha lanzado una serie de videos en las que se presentan puntos de vista, experiencias y recomendaciones de ministerios de educación e instituciones de enseñanza sobre la educación virtual y digital.
Estos programas también se han visto afectados por la pandemia, ya que todos son presenciales y se ofrecen in situ. Sin embargo, como organización, hemos tenido que innovar y adaptarnos a las circunstancias actuales. Somos plenamente conscientes de la importancia de estos programas para educar a nuestros jóvenes. Por ende, hemos asegurado su continuidad por medio del acceso en línea. Por ejemplo, el primer MOEA virtual tendrá lugar en agosto, y hemos dispensado de los cargos de inscripción para este evento. La competencia TIC Américas se hizo en línea a principios de julio y tuvo como tema los desafíos de la COVID-19.
A fin de responder a los retos para la educación planteados por la COVID-19, nuestra red de formación docente ha organizado una serie de seminarios web sobre instrumentos, recursos y estrategias para enseñar CTIM durante la cuarentena.
Nuestro Programa de Becas Académicas seguirá adaptándose a las modalidades de aprendizaje de cada institución. Nuestro programa de pasantías, que se ofrece tres veces al año, es una oportunidad concreta para tener contacto con otras culturas e idiomas. Esta actividad también ha pasado a ofrecerse en línea. Tal vez no sea lo ideal, pero es una medida temporal para seguir educando a nuestros jóvenes fuera del aula. El trabajo de nuestra organización continúa, aunque sea en el mundo virtual.
III. Conclusión
Al acercarme al final de mi presentación quisiera compartir con ustedes algunas ideas. Quisiera recalcar que la educación no dejará de existir a pesar de la situación actual.
Inevitablemente, evolucionará para responder a nuestras necesidades en las circunstancias que enfrentamos. La cuestión es cómo será esta evolución, quiénes participarán, quiénes quedarán en la periferia. Si creemos realmente en un mundo justo y equitativo, donde la educación es el igualador social y el mecanismo para escapar de la pobreza, nos incumbe a todos, como estudiantes, profesores, administradores y miembros de familias, asegurar que siga habiendo educación accesible y de buena calidad para todos. Debemos asegurar que los grupos más vulnerables también tengan la oportunidad de cursar estudios superiores.
Aquí, en la OEA, haremos nuestra parte para buscar oportunidades en estos momentos difíciles. Por lo tanto, los invitamos a que conozcan la OEA. Estudien su historia y comprendan el alcance de su trabajo en la construcción de un futuro prometedor para los pueblos del hemisferio. Aprovechen las oportunidades que tienen como jóvenes: becas, pasantías, posibilidades de crecimiento personal, empresarial y profesional por medio de Jóvenes Empresarios de las Américas, el Modelo OEA y los centros de desarrollo de pequeñas empresas. Los desafío a que aprovechen cada oportunidad. Una de las maneras más eficaces de comunicarnos con nuestros Estados Miembros es por medio de nuestras oficinas nacionales, situadas en 28 Estados Miembros, que son indispensables para trabajar con los gobiernos y dar seguimiento a la ejecución de nuestros numerosos proyectos y programas. Les insto a que sigan en contacto con nuestra oficina en la Ciudad de México para aprender más sobre la OEA y su labor en las Américas y, por supuesto, para pedir información sobre becas y otras oportunidades para cursar estudios avanzados y recibir formación profesional y capacitación.
A medida que las necesidades de nuestros ciudadanos van evolucionando, también evolucionan el papel de la Organización y su agenda hemisférica. Todavía queda mucho por hacer, y miramos el futuro con optimismo y determinación. Líderes futuros: espero sinceramente que se unan a nosotros en nuestro compromiso compartido de encarar con audacia los desafíos y las tareas que tenemos por delante y, de esa manera, ayudar a nuestra región a salir más fuerte y formidable de esta pandemia.
Gracias, Thank you.