Durante los últimos años, en el marco de su Plan Estratégico 2017-2021, la CIDH ha dado pasos importantes en el desarrollo y perfeccionamiento de metodologías de seguimiento de sus recomendaciones, así como en la verificación del grado de cumplimiento e internalización de los compromisos asumidos por los Estados en materia de derechos humanos.
La agenda de seguimiento e implementación impulsada por la CIDH durante los últimos años ha ganado el apoyo y respaldo de los Estados Americanos. Durante sus últimos dos periodos ordinarios de Sesiones, la Asamblea General de la OEA ha reconocido los esfuerzos adoptados por la Comisión de poner en funcionamiento el Sistema Interamericano de Monitoreo de Recomendaciones, y ha exhortado a los Estados a colaborar en la implementación de dicha herramienta y, con ello, fortalecer sus capacidades institucionales para el seguimiento e implementaciones de decisiones adoptadas en el marco del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Sobre dicha base, la CIDH ha llevado a cabo diversas acciones. Reformuló la estructura del Informe que anualmente remite a la Asamblea General de la OEA e incorporó en él fichas de seguimiento que facilitan la identificación de logros y retos vinculados con el cumplimiento de recomendaciones. Asimismo, aseguró un incremento en el número de comunicaciones y reuniones con Estados, víctimas, peticionarios y sociedad civil que han tenido como base la construcción de rutas consensuadas para facilitar y promover el cumplimiento de las recomendaciones.
De igual forma, durante 2019 la CIDH aprobó y publicó las Directrices Generales de Seguimiento de las Recomendaciones y Decisiones de la CIDH, un documento que tiene por objeto transparentar y compartir los mandatos, metodologías, criterios y procedimientos aplicados en el seguimiento de las recomendaciones que la Comisión emite a través de distintos mecanismos.
Igualmente, la CIDH implementó el SIMORE Interamericano, una plataforma colaborativa que concentra las distintas recomendaciones dirigidas a los Estados y que promueven un enfoque más democrático respecto de su seguimiento. Dicha herramienta constituye un esencial para el funcionamiento del Observatorio, pues asegura la posibilidad de contar con información actualizada sobre las recomendaciones emitidas por la CIDH.